CÁTEDRA DE GUILLERMO CUELLO

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Quel est l ´instrument qui lui permit d ´ éviter l ´écueil
d ´un humanisme fondé sur le principe épistémologique
de la transparence lumineuse, qui attribue au sujet connaissant
la maîtrise sur l ´objet vu, identifié et connu ?
En d ´autres termes comment a-t-il pu retrouver
un apparaître du payssage de Lappland, comme
Cézanne un apparaître de la Montagne Sainte-Victoire ?

Richard Miller en : Lindström ,
« l ´origine et son expression «
Magermans / Belgique.
(En la Portada : « Odin » , por Bengt Lindström)




Una posible respuesta sería recordar que el que sabía pintar era Odin. O al menos era el que disponía de los instrumentos que conducían a la Pintura ya que, según las dos series de poemas de los Edda, era el único capaz de responder a la pregunta: ¿sabes cómo pintar? .

La otra respuesta posible sería considerar cuánto de Odin atravesó el cuerpo del Maestro sueco, es decir, cuánto de la fuerza mítica originaria se hizo carne en él y acto seguido en su obra , y si el pensamiento mítico se materializa de tanto en tanto a la hora de cuestionarse aquello que es la significación. (1)

Si Cézanne logró “el cómo es “ y no tanto “ el cómo se nos presenta” , aquí aparece un mediador-intérprete “tuerto” que nos conduce a divagar, aun en nuestros días, sobre la potencialidad de una visión que resiste la espectacularidad de lo pasajero tecno-kinético: cómo lo veo o lo fijo en el tiempo a través de la materia y el gesto que es siempre cuerpo y tiempo.

El Maestro chileno Matta enseñó a hacer ver, es decir a acceder a LA VISION, con los ojos cerrados. No es en vano recordar que, “ Las Periferias “ , con cristianizaciones tardías e incompletas, no se parecen entre sí. La pérdida del ojo físico en Escandinavia, no es lo mismo que un simple cerrar de ojos en un fiordo del sur, asunto menos sangriento, menos brutal.
Las necesarias diferencias entre alteridades son el principio de aquello que realmente es interesante, es decir, la diversidad, tanto como las sutilezas de las analogías. La confrontación es inevitable, pero también es lo que nos enriquece si aprendemos a sumar y no a restar de una buena vez.

( Quizás debamos dedicar una “Clase Magistral de Taller“ a re-centrar la muy mediatizada y taquillera “pérdida de sentido” - si es re-centrable - , lo que conlleva de algún modo un extravío del “significado” para siempre jamás si también fuera posible algo así, o sea, algo más completo que una “modesta entrada a medias cyber-reflexionada al blog” . Quedará para el transcurso de la cursada . . . )


Sucede también que algunos “comunicadores” en nuestro medio suponían que a la época pre-establecida de la “trasgresión”, seguiría un período de no más de diez minutos a lo Warhol, dedicado a “lo grotesco y lo vulgar” o a un neo-grotesque. No fue así, mal que les pese a algunos incrédulos consumidores.
Sofisticación obliga , había que dedicar “espacios nuevos” a una nueva uniformidad y utilitarismo.

Siendo breve y acotado , podríamos aventurar no sin cierta capacidad e ironía “para el reduccionismo sintético” ( a más de brutal ) que, para un Kusch, la “pérdida de sentido” (como la del significado de nuestra existencia, si quieren agregar apenas sal y pimienta a la cosa) está directa y proporcionalmente relacionada a la proliferación de objetos y gadgets sin manual de uso y aplicaciones (“con” es más complicado aún …) en el marco de lo que él denominaba “El Patio de los Objetos” , y no tanto a la causalidad de corte cientificista y los efectos indeseados. En tales circunstancias, el hombre no puede re-constituirse. (2)

A esto hay que “aderezarle” la diferencia de buceo y capacidad de profundidad dedicada por distintos autores y sus respectivos discursos como para llegar a una suerte de estadio de “negación de la Modernidad” y, si afinamos la cuestión, sería al estilo Nietzsche (sin cuerpo) , con un Foucault (absorbiéndolo) , o a modo de la angustia de un Marshall Berman, como para tener al alcance de la mano una arista pensante procedente de los mal llamados “Países Centrales“, donde estos asuntos son más fáciles de definir, de estudiar, concretar o simplemente, comprender.
Nada de esto último hubiera sido posible sin el “tiempo burgués” bien ganado, como máximo logro no del tiempo perdido (seamos positivos) sino como la forma de la conquista del tiempo recuperado, tema que hoy está en crisis y es visible en los círculos del mundo que accedieron
a “ lo glocal “ . En cambio, “Las Periferias”, en apariencia condenadas a estar haciéndose a sí mismas permanentemente desde cierta óptica, con sus cruces tardías o sus medioevos demasiado tempranos y peor resueltos, presentaban otras preocupaciones, tendencias, modas y estilos, menos tribales. Digamos, visto “desde arriba”: exhibiendo obscena y hasta casi “corporativamente“ sus “ barbaries “ .
Muerto ya, finiquitado definitivamente para siempre uno de los “mitos burgueses “(e ideales) como el del “Progreso Ilimitado” (por ej. “ La Ecología”, una “categoría” que entraría bien y de lleno en esto una vez transformada en industria), no quedó más espacio que para aquel dedicado a las “tribus contaminantes” que configuran la “alteridad”, respecto del endeble sujeto bienpensante, des-centrado ahora (o, que yo sepa, desde fines de los ´70 al menos, y esto no es una primicia de último momento, claro está).
Pero ¿qué dicen “los marginales“? Nada de lo que se supuso, pueda re-oxigenar ciertas alicaídas huestes de los dominantes. Es, más bien, casi a la inversa. Los desposeídos no hicieron ni elaboraron ningún plan específico, sino que se dedicaron a construir sin proponérselo (ni con mediada estrategia gubernamental o de ONGs) su propia inercia extramuros, al mejor estilo Cioran, para caer en definitiva -y sin gracia alguna- sobre cualquier cosa que encontraran a su paso.

Esto despista por demás a los mejores críticos de arte o curadores actuales de exposiciones (el Tercer Mundo en el Primero y el Primero en el Tercero zanjando claras diferencias en sus respectivos sitios, no son más que conceptos “crudos y/o cocidos” de los ´80 acentuados hoy día). Reprimir tal inercia es tan burdo (y redituable), como reprimir el olfato (el principal de los sentidos ajusticiados por el universo de lo que entendamos “Occidental es “).

Ahora bien, como de la plasticidad de ciertos aromas se trata, traigo como “evocación” la imagen de alguien que no trabajó la caricatura, que podría significar una dimensión “universal” (como mero producto local de Occidente) de tal o cual manera de ser o actuar en particular , con perfiles psicológicos bien definidos. Ese alguien tampoco abordó la imagen, la figura, la presencia de lo humano, empujándola hasta decir “¡basta!” y alcanzar el estadio del “monigote” o el “Grito” irreverente a lo Saura en su época (Noblesse Oblige : irreverente y no tanto, más bien hoy en día diríamos “reverente “ del grito per se . . . pero eso es ya otro tema ) .
El sueco Lindström trabajó la expresión como vehículo de la forma y, a partir de su interpretación plástica y conceptual, la llevó a buen puerto por otro canal, uno paralelo, a lo elaborado por Asjer Jörn como “Mito Mudo“, o sea el sitio donde el “verbo” si no es adosado a una imagen para configurar casi un logograma, nada tiene para “decir”. Si no hay verbo, hay materia, y no hay materia sin colores, valores, sonidos, gustos, olores y aromas.

Parafraseemos un rato :

“Una palabra vale mil imágenes”,

“Una imagen mil palabras“,

“Un olor, (sumando ) . . .

da algo así como dos mil imágenes y palabras“.


Hay que escuchar lo que sostuvo Alechinsky :

“ Dos toneladas de color, la mitad en la tela, la otra mitad al Diablo “ .

Aquí en algún sitio también, orillamos a Kirchner , Kokoschka, Rottluff o Schiele en su viejo y agitado mar Expresionista, cada vez que de trazar un puente (Die Brücke) se trata, entre lo cultural y lo natural. El citado puente, el nietzscheano de los jóvenes estudiantes de arquitectura-artistas alemanes, configuró en su época algo caro a la identidad de la cultura germánica de entonces y era buscar unir / confrontar el lazo entre “lo real y lo natural”, “lo público y lo privado”, entre “Lo Estatal y las Corporaciones” y quizás entre “lo ideal y lo concreto materializable – posible“, que parecieran estar en la base de una tensión dialéctica aún vigente y poco explorada ya por “descartable”. Esto, entre otras cosas no menores. (3)

Como sea, ( o “ como mejor lo disfruten” ) , la diferencia entre la mirada del sueco (más cercano en el tiempo a nosotros que los del “Puente” de la primer camada del ´05 al ´10) es que aquí no se propone una proyección deliberada, consciente o inconsciente, de la psicología del autor frente a su “modelo” ni necesariamente se produce un reflejo especular en el otro sentido. Estamos ante algo “pre o post freudiano“, y a la vez “pre o post heideggeriano“.

Si nos salimos de allí, “la cosa“ en cierto sentido, es más “nuestra”, quiero decir, de colores, de materias, de texturas, es más cercana. Se trata de la materia, el color y sus densidades. Permite indagar la presencia humana, y atravesar el tamiz, el velo, que existe entre el objeto, el tema y el artista con su quehacer. Todo lleva a definir una imagen obviamente.
Dicho de otro modo, si nos plantamos frente al Nahuel Huapí, o estamos en la pampa o en Tilcara, y no nos abocamos a fabricar postales seriadas, dedicadas a los turistas para tratar de llegar a fin de mes, veremos quizás “un paisaje X “ . . . ¿Un paisaje? “¡No señor: eso es el rostro de la montaña!” (nos guiará en la empresa, un niñito lugareño).

Un rostro, la masa de una cabeza, casi un “retrato” que dependerá de la libertad con la cual se encare la aprehensión de ese instante inesperado y fugaz, pero siempre mágico. Se criticará, claro, haber abandonado la temporalidad lineal-unidireccional de la cruz, al regresar en cierto modo al tiempo circular, pero …¿es tan circular? ¿Habremos entendido?¿ No es más bien, digamos, “espiralado”?.

(No siempre hay que ver un círculo de frente, quizás de costado, nos diga otra cosa).

Pareciera que ese instante es a la vez espacio, o sea, sitio, donde el pensamiento mítico se hace presente a pesar de nosotros, de nuestra “avanzada cultura” que siempre deja al indio “lejos” (y no tanto, a las espaldas, por las dudas), a pesar del “doble apellido” a ostentar, porque en el fondo, se sabe que también estamos hechos y llenos de “cosmos”.

Si en la vieja Escandinavia Tyr y Garmr se anulan, si Heimdallr y Loki se destruirán mutuamente, lo que podemos imaginar siguiendo a Thor, es que ellos presuponían o sabían en sus respectivas urgencias cósmicas, que existirá en algún sitio una “caída” de Asgard.
Un final, un hundimiento… o un mero problema genético-hormonal?
¿Acaso regido por el Cosmos y escrito en nuestros cuerpos?

(Demasiada pregunta para un verano con tanta sequía) .

Podremos solidarizarnos con la lucha de uno u otro, podremos tomar partido quizás por alguna causa noble. No sé si negociaríamos un ojo como Odin ante Mimar, para que finalmente, tuerto, pueda ver y alcanzar cierto saber (“el pintor subjetivo es tuerto, pero el objetivo es ciego“ Rouault dixit).
Me parece que “los indios” según me contaron (no todos, pero algunos de por acá), cierran los dos ojos a la vez sin necesidad de negociar nada con nadie (menos, manifestar crueldad), y te dicen al modo de Matta, reitero:

“Vení que te hago ver con los ojos cerrados.”


Es la hora “del Ragnarök“ para esta entrada.


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(1) C. Lévi-Strauss, La Potière Jalouse, Paris, 1985.

(2) Repasar : América Profunda + El Pensamiento Indígena y Popular en América (Rodolfo Kusch).

(3) Ver : Ernst L. Kirchner / Wolf-Dieter Dube, Diario del Expresionismo, Ginebra, 1983.


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